Oruga procesionaria: un peligro para personas, mascotas y árboles

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La oruga procesionaria del pino

a oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una de las plagas más comunes en España y una de las más peligrosas tanto para los árboles como para la salud de las personas y los animales. A primera vista puede parecer inofensiva, pero su impacto va mucho más allá de los daños que causa en los pinares: provoca urticaria por oruga procesionaria en humanos, reacciones graves en mascotas y altera el equilibrio de los ecosistemas.

Cada año, con la llegada del calor, esta plaga reaparece. Durante los meses fríos, las orugas permanecen agrupadas en sus característicos nidos de oruga procesionaria, esas bolsas blancas que se observan en las copas de los pinos. Cuando las temperaturas comienzan a subir, las orugas abandonan el nido y descienden en largas hileras, dando origen a la famosa “procesión” que les da nombre. Es entonces cuando su presencia se vuelve más evidente y peligrosa.

¿Cómo se desarrolla el ciclo de la oruga procesionaria?

El problema de la oruga procesionaria del pino no solo reside en la defoliación de los árboles, sino también en su capacidad para causar reacciones alérgicas y lesiones cutáneas. Estos insectos están cubiertos por miles de pelos urticantes que, al desprenderse, flotan en el aire y pueden provocar molestias incluso sin contacto directo.

Comprender su comportamiento es esencial para saber cuándo y cómo actuar. La oruga procesionaria es la fase larvaria de una mariposa nocturna que deposita sus huevos a finales del verano, generalmente en las copas de los pinos o cedros. De esos huevos nacen las orugas que, en otoño, construyen sus característicos nidos de oruga procesionaria, unas bolsas sedosas y blancas que las protegen del frío invernal.

Con la llegada del calor, a finales del invierno y comienzos de la primavera, las orugas abandonan estos nidos y descienden en fila india por los troncos de los árboles para enterrarse y completar su ciclo biológico. Es durante esta fase cuando liberan mayor cantidad de pelos urticantes, los cuales pueden provocar irritaciones y reacciones cutáneas conocidas como urticaria por oruga procesionaria.

Oruga procesionaria y perros: un riesgo real

 

No solo las personas se ven afectadas. Las mascotas, especialmente los perros, son las principales víctimas de esta plaga. La curiosidad natural de los animales los lleva a olfatear o lamer las orugas cuando las encuentran en el suelo.

El contacto directo con su lengua o hocico provoca reacciones inmediatas: salivación excesiva, fiebre, inflamación o incluso necrosis de tejidos. Los casos más graves pueden derivar en la pérdida parcial de la lengua o la muerte del animal. Por ello, durante los meses en los que las orugas están activas, es esencial mantener a los perros alejados de las zonas donde haya pinos o restos de procesionarias.

¿Cómo detectar un nido de oruga procesionaria?

Detectar la presencia de la plaga a tiempo es fundamental. Los nidos de oruga procesionaria se distinguen por su aspecto algodonoso, de color blanco o grisáceo, y suelen situarse en las zonas más soleadas del árbol. Su aumento en tamaño o la aparición de restos de seda indican que las orugas están listas para salir.

En ese momento, el riesgo de contacto con los pelos urticantes aumenta de forma considerable, por lo que es importante evitar cualquier manipulación directa o intento de retirada sin protección profesional.

¿Qué hacer si encuentras un nido de oruga procesionaria?

 

Si se detecta un nido de oruga procesionaria, lo más importante es no intentar retirarlo por cuenta propia. Un simple golpe o sacudida puede liberar miles de pelos urticantes al aire, afectando a cualquier persona o mascota cercana.

En estos casos, la única forma segura de actuar es contactar con una empresa especializada en control de plagas, que disponga de los equipos y productos necesarios para eliminar la infestación de manera segura y eficaz.

Cuándo actuar y por qué hacerlo a tiempo

El momento de actuar es clave. Cuanto antes se realice el tratamiento, mayor será su eficacia y menor el riesgo de exposición. Esperar a que las orugas bajen de los árboles puede multiplicar los problemas, especialmente en zonas urbanas o con alta presencia de mascotas.

Por eso, el control de plagas debe verse como una medida preventiva más que reactiva: una inversión en seguridad, salud y sostenibilidad ambiental. 

Métodos de control y eliminación de plagas

El control de la oruga procesionaria del pino requiere una intervención planificada y el uso de métodos seguros, sostenibles y adaptados al ciclo biológico de la plaga.

Entre los tratamientos más eficaces destacan la endoterapia vegetal, utilizada como medida preventiva antes de la aparición de las orugas; la retirada controlada de nidos, que elimina los focos activos de infestación; y las trampas collar, un sistema físico que impide que las orugas lleguen al suelo para completar su desarrollo.

Aplicación de la endoterapia como tratamiento preventivo

 

Esta técnica consiste en inyectar el producto directamente en el tronco del árbol, actuando desde el interior y evitando la dispersión de productos químicos en el aire, siendo completamente seguro para personas, animales y plantas

El tratamiento se aplica normalmente entre finales de verano y otoño, cuando las larvas son pequeñas y están empezando a alimentarse dentro del árbol. El producto se distribuye por las acículas y, al ser ingerido por las orugas, las elimina o interrumpe su desarrollo.

Por tanto, la endoterapia funciona como método preventivo o de control temprano, no como eliminación directa de las orugas visibles en fase avanzada (cuando ya están descendiendo en procesión o construyendo nidos grandes).

Retirada de nidos del árbol

 

Otra técnica eficaz para combatir la oruga procesionaria del pino es la retirada controlada de nidos, una intervención que requiere personal especializado y medios técnicos adecuados.

Esta operación se realiza utilizando equipos de protección individual (EPI) certificados —como mascarillas con filtro, guantes y trajes de protección— que evitan el contacto directo con los pelos urticantes de las orugas, responsables de provocar irritaciones y reacciones alérgicas.

En la mayoría de los casos, los nidos se encuentran en las copas altas de los pinos, por lo que es necesario el uso de grúas elevadoras o plataformas articuladas que permitan acceder con seguridad a las ramas afectadas. Una vez alcanzada la zona, los técnicos retiran los nidos manualmente o con herramientas de corte homologadas, asegurándose de no liberar pelos ni fragmentos al entorno.

Aplicación de trampas collar

 

Entre los distintos métodos disponibles para combatir la oruga procesionaria del pino, las trampas collar destacan por su eficacia, seguridad y respeto al medio ambiente. Se trata de un sistema de control físico que permite capturar las orugas cuando descienden del árbol en procesión, evitando que lleguen al suelo y se entierren para completar su ciclo biológico.

Zeroplag: expertos en control de plagas y procesionaria

En Zeroplag somos especialistas en el control de plagas y contamos con una amplia experiencia en la eliminación de la oruga procesionaria del pino.

Trabajamos tanto para particulares, comunidades de vecinos, ayuntamientos y empresas, adaptando cada intervención al tipo de espacio y nivel de infestación. Además, ofrecemos mantenimiento preventivo para evitar la reaparición de la plaga en temporadas siguientes.

Si has detectado un nido de oruga procesionaria, notas signos de picadura por oruga procesionaria o sospechas que tus árboles están infestados, no esperes a que el problema crezca.

Contacta con Zeroplag hoy mismo  a través de whatsapp o del formulario de contacto y nuestros especialistas te asesorarán sin compromiso.

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